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viernes, 27 de diciembre de 2013

El Análisis de tu equipo

Ahora estoy en una fase en la que supongo que estaréis muchos de vosotros o halláis pasado por ella, en la fase en la que creo que mis jugadores necesitan de mi ayuda, como si se hubieran estancado, como si estuvieran faltos de motivación.

 
El año pasado todo era ilusión, tenían en los ojos la expresión de las ganas de aprender y así lo hicieron. Fue un año más pensado en la formación que en la competición, donde todos intentaban mejorar conformándose con la consecución de alguna victoria y de obtener el respeto deportivo que tanto anhelan los deportistas.
 
Este año me encuentro, dentro de mi breve experiencia como entrenador, en la tesitura de ver como desmembrar el entramado en el que me encuentro. Un equipo más formado con el objetivo de competir, pero con jugadores que quizás todavía no estén preparados para este objetivo y otros que aunque son competitivos, en lugar de demostrarlo, se escudan en que sus compañeros no lo son y también dejan de competir. Por todo pienso que me encuentro con el tipo de jugadores siguientes:....
 
- Con algunos jugadores que no está capacitados para competir, por sus condiciones físicas o psicológicas simplemente y se escudan en excusas que ellos mismos han creado para no ver la realidad, esa realidad que les puede dañar y que a su vez, choca con la realidad de aquellos jugadores más competitivos, por lo que el distanciamiento deportivo entre unos y otros es enorme y me toca lidiarlo por el bien del grupo.
- Con otros jugadores con mucha ilusión, pero con una deficiencia técnica enorme, la cual, para su mejora, requiere de muchos años de entrenamiento y mucha dedicación y advierto que se han dado cuenta y como que se han rendido en el intento de progresar, simplemente han dejado de intentarlo y han basado su mejora en las simples sesiones de entrenamiento que se realizan, por lo que sus carencias mejorarán, pero con una lentitud que puede dar lugar a su desmotivación.
- Con otros jugadores con grandes cualidades técnicas y tácticas, pero que se centran en sus vivencias anteriores como deportistas, en lo que dominaban y están muy cerrados en su progresión, porque lo que tienen delante es un reto quizás muy grande para ellos y les falta la valentía para afrontarlo y vencerlo, además del conformismo que demuestran ante la más que probable superioridad comparándola con sus compañeros, por lo que el daño que ellos mismos se hacen es enorme. Estos jugadores, por lo general, no se dan cuenta de todo lo que necesitan mejorar y cuanto tienen que aprender.
- Con otros jugadores que observo que están porque les gusta el deporte, por estar jugando este año en un equipo y que luego, mentalmente hablando, no están preparados para competir, con lo negativo que ello supone en su estado de ánimo y de rebote, en el del resto del equipo.
- Y con otros jugadores que de verdad están progresando, pero que la misma dinámica del juego hace que en ocasiones den ese paso atrás que tengo que evitar que hagan.
 
Todo esto hace, que un equipo que sin duda, en el aspecto técnico-táctico ha avanzado muchísimo, que este año, aún obteniendo muchísimos mejores resultados que el pasado, sea un equipo donde necesita de mí para que pegue ese chispotazo que se precisa para que prenda de nuevo energía y entusiasmo.
 
Quizás que se haya iniciado esta temporada con objetivos demasiado altos para afrontarlos, quizás que muchos de ellos observen que se van quedando, por lo que les inunda el desánimo o quizás que su progresión es tan lenta, que algunos hayan perdido la paciencia del deportista por conseguir resultados individuales.
 
Todo esto, lo he analizado y sin duda tengo que dar el chasquido en las piedras para que la chispa de la energía vuelva a surgir. Solo hay un camino, el del trabajo, el de nunca parar, el de tener confianza por lo que están trabajando y a partir de ahí, no es que las metas que se hayan puesto se vayan a conseguir, pero seguro que se sentirán más seguros de sí mismos y más satisfechos, esto es lo que alimenta y enorgullece al deportista.
 
Como entrenador hablaré al grupo sobre como procederemos en esta segunda fase de la liga, alentarlos de que el camino que iniciamos es el correcto y que no necesariamente tienen que ser todos protagonistas, deben asumir que unas veces las victorias se obtienen por el protagonismo de unos y otras por el de otros, pero que al final, todos hemos puesto nuestra semilla en la consecución del objetivo y que nadie individualmente puede obtener nada solo, que este jugador más protagonista debe ser consciente que necesita la ayuda de aquel que en alguna ocasión ha reprimido, siempre desde la mejora, pero que no solo con reprimendas se obtienen resultados, es necesaria la palmadita en la espalda de vez en cuando y este será mi trabajo, ya que creo que a nivel individual, el jugador tiene que saber los defectos que el entrenador observa de él y aunque le duelan, hay que decírselo y bajarlo de la nube en la que se encuentra y no advierte, puesto que no hay peor defecto que un jugador no se de cuenta de sus carencias y crea que todo lo hace bien, pues nunca entenderá por qué el entrenador lo corrige o le quita minutos en los partidos, por lo que es fundamental la comunicación.
 
Resumiendo, todos tenemos que querer lo mismo, la unión es igual a la fuerza del equipo y que sin duda, mi determinación en las decisiones que adopte, será fundamental para aquello que yo se que es nocivo para que el fin sea el que perseguimos todos, ser lo que debe ser un jugador de este equipo, un auténtico GUERRERO.
 
 

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