Cuantas veces hemos visto en televisión, comportamientos vergonzosos de digamos, nuestros ejemplos a seguir, nuestros ídolos, etc...
Desde muy pequeño, algo dentro de mí, me hacía ser consciente que mi comportamiento, no tenía por qué ser diferente fuera a dentro del campo y a la vez, no entendía por qué habían personas que si lo tenían.
Cuantas y cuantas veces hemos dicho aquello de "...con lo buena persona que es y como cambia cuando está dentro,...", y es cierto, sin lugar a dudas, pero también nos da una idea de como es esa persona cuando se encuentre en una situación que se le escapa de las manos, o por lo menos, eso es lo que nos hace pensar y a veces no es cierto, de ahí la pena, porque te etiquetan con lo que no eres.
Por todo lo anterior, creo que debemos inculcar a nuestros jugadores, desde mi punto de vista, esta otra parte del deporte, ya que no basta con ser deportistas, si no también deportivos, respetuosos y educados.
En el mundo amateur, ¿qué ganamos si ganamos el partido?, valga la redundancia....¿3 puntos?...¿3 puntos merecen la pena y rebajarte a las más profundas cloacas?...yo creo que no.
En el mundo profesional, ¿qué ganamos si ganamos el partido?, valga la redundancia...¿3 puntos?, ¿prestigio?, ¿dinero?....es posible que si y si es esto lo que buscas, que no me cabe lugar a duda, búscalo desde la educación y el respeto, ya que sin ella, luego, en nuestro presente más inmediato y sobre todo, cuando ha pasado el tiempo, su tiempo, quedas etiquetado como lo que eras, no como lo que lograstes......conozco muchos de estos casos, en los que ídolos, hoy día no son respetados debido a su comportamiento de antaño e incluso, actual, ya que es algo que si no se ha corregido, les perseguirá toda la vida.
Siempre, cuando uno está en frío y se vuelve consciente de lo sucedido, es cuando reflexiona y empiezan los arrepentimientos...., pues bien, esto es otra cualidad que creo que debemos entrenar con nuestros jugadores y por supuesto, debemos predicar con el ejemplo. Claro que es normal que en alguna ocasión de mucha tensión, pierdas los estribos y protestes airadamente, claro que sí. Ello no conlleva implícito una pésima educación, no es el resultado de tener que insultar, amenazar, querer desprestigiar de forma racista o incluso agredir física o psicológicamente a un rival. Se puede protestar a un árbitro, siempre con educación y respeto ya que él, normalmente te sabrá comprender y te escuchará de otra manera o simplemente te llamará la atención y si no es así, él es el que quedará etiquetado. Se le puede decir a un rival algo en un momento dado, pero siempre que sea de forma respetuosa, ese rival, si también lo és, lo será también contigo y si no es respetuoso, es cuando debes sacar a relucir tu talante entrenado y dar ejemplo de deportividad, le habrás dado una lección, a él y a todo aquel que te observe, siendo desde ese momento, comentario de ejemplo a seguir...¿hay mayor victoria?.
Se que es muy fácil decirlo, pero yo lo intento con todas mis fuerzas, y aunque alguna que otra vez haya perdido los nervios, tanto de jugador, como de entrenador, nunca he atravesado esa línea que hace que luego uno se avergüence, porque siempre he pensado, que después del partido, después de la temporada, después.... solo queda la persona, lo que recuerdan de uno mismo, lo más interno de nosotros, nuestra esencia.
Esto es lo que intento, con mi ejemplo, transmitirles a mis jugadores una y otra vez, que con el entrenamiento y la disciplina, sean grandes deportistas dentro de sus posibilidades, pero mejores personas, ya que estoy completamente seguro, que la persona también se puede entrenar y si no lo consigo, se lo recrimino y no quedará en el olvido, ya que no consiento gente irrespetuosa a mi lado y así se lo hago ver cada día.
Mañana o después de muchas mañanas, cuando haya pasado el deporte, cuando te vean por la calle, el saludo, el abrazo, el buen recuerdo, es lo que perdurará con el paso del tiempo.....por favor, a mis amigos y rivales, ¡¡sed personas!!, sin duda obtendréis un gran tesoro, de momento, mi total admiración y el mayor de mis respetos.
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